viernes, 29 de julio de 2022

Escocia en 1 semana

    Como todos los años, mi familia y yo hacemos un viaje de una semana. Este año barajábamos cruzar hasta Nueva York o incluso ir a Bulgaria. Sin embargo, finalmente decidimos visitar Escocia. Llevábamos mucho tiempo con ganas de conocer Edimburgo y los Highlands por lo que nos decidimos por ello. Toda la gente que había viajado a Escocia me había dicho que era una pasada, sobre todo a nivel de naturaleza y de castillos. Sin embargo, Escocia tiene mucho más que ofrecer. Escocia ocupa el tercio norte de la isla de Gran Bretaña y está rodeada por el océano atlántico y el Mar del Norte. La parte norte del territorio escocés es montañoso (Highlands). Más al sur (Lowlands) es donde se asientan las mayores ciudades.


    Es un viaje que, a pesar de haberlo disfrutado muchísimo en familia, creo que lo recomendaría para hacer en pareja y en caravana ya que el país está preparado al 100% para este tipo de viajes, con la ventaja de poder dormir en lugares inhóspitos y con paisajes de escándalo. Ello, sumado a que supondría un ahorro importante en el alojamiento, lo considero una muy buena opción a tener en cuenta. Relativo a ello, algo que destacaría sería el precio del país. Sabíamos que era un país caro, sin embargo, nos resultó excesivo. No he viajado a los países nórdicos pero imagino que será algo similar. Para poder comer en un sitio rico pero estándar, tenías que pagarlo. De hecho, el primero de los alojamientos en el que nos hospedamos, era un apartamento y pudimos aprovechar a hacer alguna cena rica en casa. En el resto del viaje, aprovechamos a hacer plan de picnic en alguna ocasión que nos pillaba en algún lugar remoto lejos de cualquier bar/restaurante. 

    En cuanto al transporte, alquilamos un coche con AVIS y, pese a algún problemilla con la devolución del coche, salió bastante bien (como siempre, cogimos el seguro a todo riesgo in situ en la oficina del alquiler, para evitar intermediarios de agencias online). A lo largo de todo el viaje nosotros hicimos aproximadamente 1250km (775 millas). Reseñar que la conducción es por el lado derecho y, aunque inicialmente se haga raro y parezca complicado, es fácil adaptarse al cambio si vas prestando atención. Las distancias son largas por lo que para no pegarte panzadas de conducción, lo suyo es ir durmiendo en diferentes sitios prácticamente cada noche. El trayecto y las paradas que realizamos fueron las siguientes:


    Para continuar, el tiempo en Escocia es una sorpresa cada día. Con razón dicen que en Escocia pueden ocurrir las 4 estaciones en el mismo día. Es importante ir preparado para lluvia, sol, viento e incluso calor (nosotros fuimos la última semana de mayo y tuvimos de todo!!). Por último, y respecto al tema de los alojamientos, buscamos los alojamientos desde España y los reservamos a través de booking y de AirBnB. Sin embargo, una vez allí, pudimos ver que había infinidad de Bed and Breakfasts con muy buena pinta que no habíamos visto en la organización del viaje previa. Por ello, podría estar bien ir sin el alojamiento cogido (sobre todo para la Isla de Skye) y preguntar directamente en dichos B&B.  

Día 1. Edimburgo.

    Comenzamos nuestro viaje volando con Easyjet desde Madrid dirección Edimburgo. Una hora menos a nuestra llegada y un trayecto de una horita hasta el centro de la ciudad. Para el traslado hasta la ciudad, hay posibilidad de coger un tranvía, un bus o un taxi. Existe opción de cogerlo con antelación, sin embargo, nosotros lo cogimos in situ. Optamos por el autobús (100 airlink), por 7,5$ cada uno ida y vuelta. Fuimos hacia el apartamento que habíamos alquilado (en Airbnb, se llamada Pleasance Apartment), estupendo, luminoso, amplio y limpio; y para lo que puedes encontrar en Edimburgo, el precio era bastante aceptable. Aquí nos quedábamos 2 noches. Se encontraba a 10 minutos de la Royal Mile, la calle principal de la ciudad vieja. La ciudad nueva se encuentra separada de la ciudad vieja por la Princess Street y su calle principal es George Street. Esta zona es más residencial y también se pueden encontrar muchas tiendas.   


    Decidimos comer en un indio que nos habían recomendado, súper económico, escondido entre unos edificios muy residenciales (The Original Mosque Kitchen), platos abundantísimos, comida india deliciosa y auténtica. Esa tarde nos la habíamos reservado para visitar el Castillo de Edimburgo (la tercera atracción turística más visitada de Reino Unido), el cual se encontraba al final de la Royal Mile. La entrada al castillo de manera individual son 19 libras, sin embargo, hay un Explorer Pass que se puede comprar online (https://www.historicenvironment.scot/visit-a-place/travel-trade/explorer-pass/) y que te incluye los principales castillos y atracciones turísticas de Escocia. Visitando únicamente el Castillo de Edimburgo, el Castillo de Urquhart en el Lago Ness y el Castillo de Stirling ya se amortiza el Explorer Pass. Además, te ahorras colas en las entradas de los castillos.

 

    Dentro del recinto del castillo existen tours o audio guías. Cuando nosotros fuimos, los tours se encontraban todos llenos, por lo que lo visitamos por nuestra cuenta leyendo diferentes blogs. El castillo de Edimburgo es una antigua fortaleza erigida sobre una roca de origen volcánico ubicada en el centro de la ciudad de Edimburgo. Ha sido utilizado con fines de tipo militar desde el siglo XII, siendo destinado a usos civiles solo en épocas muy recientes. Es imponente ver el castillo en lo alto de tal roca y leyendo sobre su historia consigues entender la importancia del mismo. Como dato más relevante destacaría que la reina María Estuardo (Mary queen of Scots), dio a luz a Jacobo, su único hijo, en una de las habitaciones del Castillo de Edimburgo. Un año más tarde, encarcelaron a María Estuardo y la obligaron a abdicar en favor de su hijo Jacobo VI, que con solo un año fue proclamado Rey de EscociaEn 1603, Isabel I, última Tudor, murió sin haber dado a luz a ningún descendiente. Como Jacobo VI, por parte de Margarita Tudor, era descendiente del rey Enrique VII de Inglaterra, se le proclamó entonces rey de Irlanda, siendo a su vez monarca de Inglaterra e Irlanda. De esta forma, durante más de dos décadas, Jacobo VI y I gobernó sobre Escocia, Inglaterra e Irlanda. A partir de ese momento, los monarcas comenzaron a reinar de manera conjunta en todos los territorios de Reino Unido. Además, destacar que dentro del castillo se encuentra la Piedra del Destino, que tantos robos ha sufrido a lo largo de la historia. 


    Tras la visita por el castillo, unas 2h de visita, nos fuimos hacia Princess Street Gardens, un parque precioso, florecido, agradable de pasear y con vistas preciosas del castillo sobre la roca caliza. Retornamos a la Royal Mile y tras tomar algo en una terracita, paseamos de camino a casa, parando para comprar desayunos y un par de cenas.

Día 2. Edimburgo.

    El segundo día de viaje lo reservamos de manera íntegra a Edimburgo. Para empezar el día, habíamos reservado para hacer un free tour con Somos Escocia, el tour lo hicimos en español y duró 2 horas. El guía llevaba viviendo allí 10 años (se llamaba Rolo) y nos gustó mucho, explicaba fenomenal, contaba infinidad de anécdotas y leyendas sobre la ciudad... Visitamos la Royal Mile, la Catedral de St Giles, la plaza de Grassmarket, Victoria Street... Nos explicó la historia de Escocia de manera resumida y cómo fueron surgiendo las diferentes religiones: anglicanismo, protestantismo y presbiterianismo. Terminamos en uno de los callejones (James Court) que salen desde la Royal Mile hacia patios más residenciales. 


    Tras el incendio de la ciudad de Edimburgo en 1544, hubo un par de casas medievales que sobrevivieron al mismo, una de ellas es la Gladstone Land y la otra era la casa de John Knox. La Catedral de St Giles (madre del presbiterianismo) es gratuita y es una preciosidad, con infinidad de vidrieras y la Capilla de Thistle en su interior así como una escultura de un taburete en honor a la señora Jenny Geddes y a su papel en la guerra de los taburetes. Antes de ir a comer, nos acercamos dando un paseo por nuestra cuenta hasta Circus Lane, una callecita encantadora y muy fotogénica, algo alejada, por la zona de la ciudad nueva pero que merece el paseo. 


    Tras haber hecho hambre, decidimos ir hacia Grassmarket, la plaza más grande y con más oferta gastronómica, que continúa con la Victoria Street, otra de las calles más conocidas y fotografiadas de Edimburgo, en la que se encuentra una de las tiendas más famosas para los amantes de Harry Potter y es que, se cree firmemente que esta calle fue la que inspiró a J.K. Rowling para imaginar el Callejón Diagón en la saga de los libros de Harry Potter. Además, para los fans de Harry Potter existen freetours por Edimburgo exclusivamente dedicados a esta materia ya que JK Rowling se inspiró en esta ciudad para la creación del universo de ficción, incluyendo el Elephant House, bar en el que se dice que comenzó a escribir sus historias. 


    Nos recomendaron varios restaurantes (Maison Bleue, que se encontraba cerrado, The Last Drop, donde comimos, Bertie's fish and chips, Let me out...). Tras la comida, paseamos hacia la parte baja de la Royal Mile, ya que aún no habíamos ido. Paramos en el Museo Nacional de Escocia, cuya entrada era gratuita. Es enorme y tiene diversas salas con diferentes temáticas (moda, historia, scots, animales, espacio…). Lo más curioso es que es el lugar donde se encuentra la oveja dolly, la original, disecada. Queríamos visitar el Palacio de Holyroodhouse, sin embargo, estaba siendo utilizado por un personaje de la realeza y no estaba admitida la entrada, por lo que decidimos subir hacia el Arthur’s Seat, un paseo de 1 hora (subida y bajada) hacia una de las colinas más altas alrededor de Edimburgo, con vistas de la ciudad. Otra opción sería subir hacia Calton Hill. Con este último paseo, pusimos fin al segundo día de viaje.
Día 3. St. Andrews. Pitlochry. Castillo Blair.

    El tercer día de viaje comenzamos la ruta en coche hacia los Highlands. Habíamos alquilado un coche con AVIS (como ya he mencionado). La recogida la programamos para realizarla en la ciudad, sin embargo, hubiera sido más eficiente retroceder al aeropuerto y cogerlo allí ya que de esa forma a la hora de dejar el coche al final del viaje hubiéramos ganado en comodidad y aseguras menos imprevistos yendo al aeropuerto. 

    Nos pusimos dirección Saint Andrewssituada en la costa este de Escocia, es una de las ciudades más antiguas e históricamente importantes de Escocia, a pesar de su reducido tamaño. En ella se encuentra la Catedral de St. Andrews, actualmente derruida (que en su tiempo fue la más grande del país), un castillo, igualmente derruido, y una de las universidades más antiguas y prestigiosas del Reino Unido. De hecho, Kate Middleton y Guillermo se conocieron allí mientras estudiaban. Además, St. Andrews es considerado como "la cuna del golf", ya que en ella se encuentran el Royal and Ancient Golf Club of St Andres, el club de golf más antiguo del mundo, y el Old Course de St Andrews, también uno de los campos más antiguos


    Dimos una vuelta por la zona del campo de golf y por la parte del centro de la ciudad. No pudimos entrar en la Catedral ya que se encontraba cerrada por obras de mantenimiento, así como el castillo. Sin embargo pudimos verlos desde fuera. Paseamos por la zona de la universidad y sus jardines. Comimos en Forgan's St Andrews y pusimos rumbo al Castillo de Blair, pasado Pitlochry. El Castillo de Blair es el hogar de la familia Murray, a quien corresponde el título de Duque de Atholl, aunque el actual duque vive en Sudáfrica. Domina una posición estratégica en la ruta principal a través de las Tierras Altas centrales escocesas y tuvo un papel importante en el asedio durante el alzamiento jacobita de 1745. El castillo, una de las casas señoriales de Escocia más grandes, está abierto para la visita diariamente, previo pago de una entrada. El castillo es también la guarnición de los Cien Montañeses de Atholl, el ejército privado del duque de Atholl, el único ejército privado legal de Europa. 


    La última entrada al castillo es a las 16.00, sin embargo, cierra a las 17.00. Los jardines no tienen hora de cierre excepto el Jardín de Hércules, que tiene la última entrada a las 17.00 y cierra a las 17.30. Nosotros llegamos tarde y no pudimos entrar dentro del castillo, sin embargo, visitar los jardines es una maravilla también (el precio es de 8 libras por persona). Tiene una zona de abetos y secuoyas altísimas. El abeto gigante llamado "Diana’s Grove" en los terrenos del castillo, que mide 62,7m de alto, es el segundo árbol más alto del Reino Unido. Pitlochry en si, no tiene mucho que visitar, es más el emplazamiento en el que se encuentra, siendo la entrada a la zona de los Highlands.


    Para terminar el primer día de trayecto en coche, nos quedamos en un B&B en mitad de la montaña (Glentruim Lodge B&B and Chalet), que nos costó bastante encontrar, de hecho. La noche se puede hacer a lo largo del recorrido de la carretera A9, o incluso llegando hacia Fort Williams, ya que al día siguiente el plan es alcanzar Inverness, Loch Ness… Cenamos en un bar de carretera (literalmente lo más cercano que había desde nuestro alojamiento, que era un bar de camioneros) que se llamaba Newtonmore Grill

Día 4. Inverness. Loch ness y castillo de uqhuart. Castillo de Eilean Donan.

    Ya a mitad de viaje, de camino a Loch Ness (loch significa lago), paramos en Inverness para dar un paseíto por la ciudad. Dejamos el coche en un parking y caminamos por el río, un paseo muy agradable, con la catedral al ladito (que merece más la pena por fuera que por dentro), el castillo, sus puentes… En la zona céntrica destacaría la librería Leakys, una monada de tienda de libros de segunda mano, con chimenea propia y rincones muy curiosos. 



    Continuamos hacia el famoso Lago Ness. Pudiendo ser igual de bonito que cualquier otro lago de los miles que tiene Escocia, éste es el más visitado por su famosa leyenda del monstruo del Lago Ness. La manera de visitarlo, en realidad, es visitar el Castillo de Urquhart (también se puede visitar el pueblecito de Fort Augustus, que nosotros no hicimos), el cual se encuentra incluido en el explorer pass. Los orígenes del castillo de Urquhart se remontan al año 580, cuando San Columba, que estaba en plena campaña de conversión al cristianismo de los pictos, se paró a descansar en Airdchartdan, una casa que podría haber estado en el mismo lugar sobre el que se alza esta fortaleza. En cualquier lugar, la fortaleza data de inicios del siglo XIII. Pero desde ese momento y hasta su abandono final en el siglo XVII su historia estuvo marcada por los conflictos librados entre escoceses e ingleses… y entre clanes escoceses. La primera parte de la visita a Urquhart es una proyección y varias exposiciones que revelan la historia del castillo. Una experiencia que da paso a la visita de las ruinas.  

 

    Continuamos hacia el norte, con una parada en el Castillo de Eilean Donan, perteneciente a la familia McRae. Construido en un saliente hacia el lago Duich, es de los castillos más fotogénicos que hemos visitado. La entrada son 10 libras y, si bien es cierto que el interior del castillo es estándar, considero que merece la pena la visita. 


    Como ya he mencionado previamente, el tema de los horarios de comidas, de cenas y de cierre de los establecimientos, es un rollo, ya que, pese a tener infinitas horas de luz, en los horarios, son muy tempraneros para todo. Por ello, terminábamos siempre comiendo tarde, para poder aprovechar las horas en las que los castillos estaban abiertos. Este día hicimos una comida/merienda/cena todo en uno en un restaurante de la zona, The Clachan. Recomendable, probamos el fish and chips, por fin! Habíamos cogido un Airbnb en Ratagan (https://www.airbnb.es/rooms/7200280?_set_bev_on_new_domain=1658917502_NzNmYWNkY2U5OWM5&source_impression_id=p3_1658917470_ohXSLo4lO9TKpO64) y la verdad que el lugar no podía ser más mono, con vistas al Lago Duich. Dimos un paseo por la zona y dimos por finalizado el día.

Día 5. Fairy pools. Highland cows. Portree.

    Comienza la parte del viaje dedicada a la Isla de Skye. Habíamos reservado dos de los días para esta zona, sin embargo, creo que con día y medio sería suficiente y ese medio día sobrante hubiera estado mejor para ir avanzando recorrido hacia el sur para cerrar esa ruta circular ya que de esa forma acortas distancia y no se hace tan larga la vuelta en un solo día. Sin embargo, de esta forma, pudimos aprovechar y disfrutar de los paisajes de las Highlands. 


    Kyle of Lochalsh es el primer pueblito antes de cruzar a la isla (unida por carretera), sin embargo, no tiene especial encanto. Nos dirigimos hacia la ruta de Fairy Pools. Es una de las rutas de trekking más conocida, así lo demuestran los muchos coches que ya están aparcados en el parking al llegar. Para llegar, se transitan carreteras muy estrechas, cruzando colinas y lagos de la isla con necesidad de hacer paradas en los apartaderos para que los coches que vienen en la otra dirección quepan en la calzada. La verdad que es una maravilla conducir por estos caminos. Cuando aparcas (6 libras estés el tiempo que estés) es bastante claro por dónde empieza el camino ya que ves a la gente a lo lejos. La ruta tiene 3 modalidades: la corta de 6km, la intermedia de 8km o la más larga que no recuerdo el número de km. Todas empiezan igual, pero las dos ultimas son circulares. Nosotros hicimos la corta de 6km, subiendo hasta lo más alto de la parte del río que baja por las diferentes cascadas que se van viendo a lo largo del camino. Se tarda en torno a 2h haciendo paradas para hacer fotos o descansar. Lo más normal es que se alterne sol radiante con viento y con chaparrones (lo habitual en este país) por lo que es importante llevar chubasquero y zapato impermeable. 


    Una vez en el coche, buscamos un lugar agradable para comer con vistas ya que habíamos preparado unos bocatas bien ricos. Nos dirigimos hacia el Castillo Dunvegan, el cual no estaba incluido en el explorer pass y la verdad que nos dio pereza entrar a visitarlo (llevábamos buena dosis de castillos), por lo que continuamos un ratito por esa carretera para admirar las vistas. Antes de alcanzar Portree, nos acercamos a una explanada que había buscado donde residían las famosas e icónicas highland cows (Romesdal Croft Skye), las vacas con flequillo, muy curiosas de ver y muy fotogénicas. Nos fuimos hacia Portree a hacer el check in en The Pink House, donde dormiríamos las dos próximas noches. Dimos una vuelta por el pueblito (el más grande de la isla con 2500 habitantes) y nos pusimos a hacer cola en uno de los restaurantes más conocidos, The Lower Deck (no aceptan reservas). La verdad que fue el que más nos gustó por ahora. Terminamos el día bien cansados.

Día 6. The old mann and the Storr. Kilt rock. Península skye.

    Iniciamos nuestro segundo día en la Isla de Skye tras descansar bien. Dimos un paseo por Portree y sus tiendecitas, una de ellas monísima (‘Or). Ponemos rumbo a The Old Man and The Storr, otra de las zonas más conocidas de la isla para hacer trekking. Cuenta la leyenda del Old Man of Storr que hace muchos años, antes de que el tiempo existiera, vivía en la península de Trotternish un gigante. Cuando se recostó para morir, su dedo pulgar, el “Old Man” quedó parcialmente bajo tierra y es lo que hoy en día se ve desde la carretera y hasta donde llega la ruta de trekking


    Hay un parking, que está bastante lleno y, como siempre, hay que pagar (en esta ocasión según el tiempo que te quedes). Tiene varias opciones de ruta, una corta de ida y vuelta y dos opciones circulares, algo más largas. Nosotros hicimos la primera. La subida es algo exigente pero se hace llevadera. Las vistas son en todo momento espectaculares. Una vez se llega a la parte más alta, se tienes unas vistas de las rocas así como de todo el valle y los lagos. Merece realmente la pena. Volvemos por el mismo lugar (está bien señalizado y es un camino intuitivo ya que hay mucha gente que también lo hace). La verdad es que nos encantó. 


    Buscamos un sitio agradable para comer, nos hicimos bocatas y paramos en Kilt Rock, donde había un gaitero escocés que hizo la visita mucho más emocionante. Tiene vistas a unos acantilados con una cascada de 60 metros al mar, imponente. Por la tarde recorrimos en coche toda la península de Trotternish. Fue una maravilla, los highlands en plena esencia, con innumerables apartaderos con vistas a la costa en todo el recorrido. 


    Poniendo fin a nuestro segundo día en la Isla de Skye, cenamos en The Isles Inn, un lugar bastante estándar.
Día 7. Glencoe. Highland cows. Stirling.

    Ponemos rumbo de vuelta a Edimburgo para hacer la última noche cerca de Stirling. En el camino de vuelta, recorremos la carretera A-82, que cruza la zona del Valle de Glencoe. Esta carretera es de otro planeta, ya que los paisajes que se tienen en todo momento son impresionantes. De hecho, el recorrido se hace en unos 25 minutos, sin embargo vas parando en diferentes puntos para admirar la belleza del valle y se hace bastante más largo. Nosotros paramos en 3 puntos diferentes: Three Sisters Viewpoint, Rannoch Moor Viewpoint y Luch Tolla Viewpoint. Desde aquí salen innumerables ruta de trekking, sin embargo no disponíamos de tiempo para realizarlas. 



    Aún alucinando con el paisaje, llegamos a la siguiente parada, que era la granja de Trossachs Woolen Mill, otro spot donde poder ver las famosas highland cows. En esta ocasión, en la tienda que hay al lado, venden por 1 libra una bolsa con zanahorias y manzanas para alimentar a las vacas. Realmente divertido. Tras comer por allí, alcanzamos nuestro destino final, Stirling.


 

    Esa última noche nos quedamos en un pueblecito cerca de Stirling, Dunblane en un hotel bastante mono, Old Churches House. Dejamos todas las cosas y nos fuimos a conocer Stirling antes de que cerrara el Castillo (que también se encontraba incluido en el explorer pass). Además, nos unimos a un tour con guía en inglés para recorrer el castillo, bastante recomendable. El Castillo de Stirling se convirtió en residencia real a partir de 1216, y la última batalla que vivió fue su defensa ante el ataque de los jacobitas en 1746. Tras descansar algo en el hotel, nos fuimos de nuevo al centro para cenar. Fuimos a Brea, un restaurante escocés de cocina muy cuidada. A pesar de ser algo caro, mereció la pena ya que nos encantó.

Día 8. Dean Village. Vuelta a Madrid.

    Último día de viaje con vuelta a Madrid. Antes de ponernos dirección aeropuerto, paramos en Dean Village, un barrio algo separado del centro de Edimburgo con mucho encanto y que nos habían recomendado. Dimos un paseo por la zona del río, que es realmente bonita, y fuimos a dejar el coche a AVIS. Finalmente al aeropuerto para volver a Madrid. 


    Escocia emociona. Sus paisajes son majestuosos. Son, a la vez, sencillos y emocionantes. Tiene castillos dignos de película (de hecho son infinidad de series conocidas (como Outlander por ejemplo) y películas (la famosa película Braveheart, por ejemplo) las que se graban asiduamente en Escocia). Tiene una historia realmente interesante, con leyendas a montones. También puedes vivir 4 estaciones en un mismo día. En definitiva, ¡nos ha gustado muchísimo el viaje!